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  • Gerardo Javier Garza Cabello

the thin white duke

Actualizado: 5 sept 2023




En el periodo comprendido entre 1971 y 1977, David Bowie paso de ser el sacerdote andrógino, Ziggy Stardust, aquel rockero travesti que con un evangelio de rock dio los primeras pinceladas del glam rock, al indiferente y progresista Thin White Duke. El soul man inglés reinventó el funk y el rythm and blues, creando obras como “Fame” y “Young Americans”, pero mas allá de la música, durante este periodo se convirtió en un personaje, en el arte mismo, y al hacer una retrospectiva de aquellos años podríamos desmenuzar los niveles quirúrgicos con los que planeo cada uno de sus movimientos.

Su punto de inflexión artística iniciaría en 1973 con su llegada a Filadelfia. Meses antes, Bowie decidió “asesinar” a Ziggy Stardust, con una nueva manera de hacer música que nos dejaría himnos como “Moonage Daydream”, “Starman” y “Life on Mars”, alejándose del rock para incursionar en nuevos ritmos. Cambio a su banda, The Spiders From Mars, por los músicos de la escena soul de Estados Unidos, Carlos Alomar (guitarra), George Murray (bajo), Dennis Davis (bateria) y Luther Vandross (segunda voz), con ellos, Bowie llegaría a revolucionar la forma en la que la música se creaba, “Fame” y “Across the Universe”, que grabo junto a John Lennon en lo que parecía un viaje ácido en Electric Lady Records, fueron de sus temas más notorios de aqel tiempo junto a “Young Americans”, una la reinvención del soul, naciendo así, el polarizante Thin White Duke.

The Thin White Duke era subversivo en su discurso, con un semblante que siempre carecía de emociones, en entrevistas se llamaba admirador de Hitler y lo nombró el primer rockstar en la historia. En cada aparición, en cada concierto, parecía que estaba construyendo un personaje fuera de este mundo, se decía que su dieta consistía de leche, pimientos y cocaína y habitaba una casa llena de velas y artilugios del antiguo Egipto, viviendo en constante paranoia y escribiendo música con sonidos y letras extrañas. En entrevistas posteriores, reconoció que su necesidad de crear arte lo alejó de la realidad a un punto en el que el mismo David Bowie dejó de existir, muestra de esta época es el disco “Station to Station”, en el cual hace claras referencias a distintas religiones y filosofías nihilistas y antiguas, y en el cual solo el sencillo “Golden Years” parece ser una canción normal. Así fue su alter ego, en un periodo brillante de música memorable que contrastaba con su realidad, con la frágil cuerda floja en la que se balanceaban la vida y la muerte.


Eventualmente, en 1976, Bowie regresaría a Europa a grabar Berlin Triloy formado por tres álbumes: Low (), Heroes () y Lodger () junto a Brian Eno y Tony Visconti en la producción, del cual destacan temas como “Sound and Vision”, “Heroes” y “Fantastic Voyage”, y con estas canciones, el sonido y las letras que significarían el principio del fin del periodo de The Thin White Duke. Sin duda la sinergia con Brian Eno le dejarían sus trabajos mas conceptuales, experimentos del blues con tempos de otro universo, que expresaba las emociones contenidas por Bowie en sus periodos mas obscuros.

Y así llegaría la muerte del último de sus personajes, antes de volver a convertirse en él mismo, en Berlin durante 1977 con Berlin Trilogy y los álbumes más exitosos y simbólicos de su carrera. Fue en esos años como Davy Jones, sin maquillaje, sobrio, dejando detrás la peor época de su vida, que paradójicamente contrastó con sus álbumes más brillantes, sus canciones más románticas y de emociones más humanas, fue el periodo en el que nos dejó ver los pasajes más profundos de su locura, llevándolo a ser uno de los elefantes sagrados en la historia de la música .


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