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  • Gerardo Javier Garza Cabello

De ninfas e hipocampos



Qué bendición encontrarte justo cuando me había convencido que no existías, sin necesidad de adornos ni enredos, simplemente me había convencido de que no eras y no estabas. Idealizaba ninfas, unicornios, arpías e hipocampos y me convencía a mí mismo que el amor era para los más valientes. Creía que debía cargar con una tristeza tan inmensa que no me quedara más opción que refugiarme en la magia de las cosas que me había inventado, tuve que idealizar los momentos mas felices de mi vida porque me había convencido que jamas volvería a sentir amor como el que había sentido, y en mi locura regresaba a ese día, que vimos películas de Fellini hasta que la noche se volvía día...


Me llevó mil desgracias comprender que las cosas mas hermosas que había vivido se habían vuelto una prisión en donde tuve que aprender a simular que era feliz. Evitaba ser víctima o culpable, culpaba al destino por ser la causa de mis propios defectos, para no tener que enfrentar la realidad de que lo único que me faltó fue la voluntad de decir: "quiero que te quedes."


Y en verdad, deseaba que te quedaras, pero ahora que los días se han convertido en años y tengo el valor de hojear ese calendario una vez más, me doy cuenta que lo único que anhelaba era mudarme a un nuevo apartamento y cerrar los viejos libros que nunca terminaría de leer. Quería tener una soberbia tan insensata que jamás me juzgaría por haber dicho una mentira más, por no haber apostado mi alma, por no haber invertido la voluntad que me faltó aquel verano. No fue en vano, porque hoy te he encontrado, justo cuando me había convencido que no existías. Estoy tan herido que te busco con temor, y somos tan parecidos que nuestros miedos mantienen conversaciones que ya no nos atrevemos a tener.


Sin embargo anhelo tocar los colores de tu alma, tengo el impulso de hacerte reír a carcajadas y provocar tu enojo por nimiedades, para luego admirar las muecas que haces cuando vuelves a sonreír. Quiero contener mi risa cuando haga una broma pesada para hacerte creer que hablo en serio, cuando en realidad no es así. Porque algún día, esos momentos volverán, y se convertirán en nuestros mas lindos recuerdos y no quisiera perderme la oportunidad de saborearlos mientras suceden, Aún no sé si existes, pero si existe la posibilidad de que tu primera sonrisa se convierta en uno de los recuerdos más sublimes de mi vida, no quisiera perderme ese resplandor".

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